Algunos dicen que es el poder.
Algunos dicen que es el triunfo, la gloria.
Yo digo, que es el vínculo. La extraordinaria relación entre caballo
y jinete.
Un verdadero amigo en quien confiar.
Alguien que se pega con nosotros, contra viento y marea.
Reunido con un vínculo indisoluble, que no se puede definir.
Es increíble cómo los caballos, se alimentan de la energía, que le
proporcionamos.
Dos órganos de vivienda, en una sola alma.
Sin embargo, enseña valiosas lecciones.
Hay que tener valor.
Resistencia.
Fuerza.
Persistencia.
Paciencia.
Dedicación
Se nos enseña a amar.
Para confiar.
Para ser fuerte.
Y luchar el dolor.
Y las lágrimas.
Para el tratamiento de los desafíos, como oportunidades.
Y que ganar no es todo.
Se enseña a creer en ti mismo.
No sólo es un deporte, es una pasión.
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